La palabra circadiano significa «alrededor de un día». Proviene de las palabras latinas «circa» (alrededor) y «diem» (día).
La rotación de la Tierra sobre su eje, expone a los seres vivos que habitan la superficie a ciclos diarios de luz y oscuridad. Para ajustar su actividad a los periodos de luz –determinados por la salida y puesta del Sol— los organismos han desarrollado relojes moleculares que funcionan en ciclos de 24 horas (circadianos) y afectan a la mayoría de seres vivos, incluidos los animales, las plantas y los microorganismos. La cronobiología es el estudio de los ritmos circadianos.
Comportamientos como los ciclos de sueño/vigilia, ayuno/comer, o fisiológicos como la temperatura del cuerpo, la presión arterial, o la liberación de hormonas como el cortisol o la melatonina, responden a ritmos circadianos.
Este reloj se encuentra en una región del cerebro llamada hipotálamo. El núcleo supraquiasmático –un grupo de miles de neuronas del hipotálamo— es el centro principal de regulación de los ritmos circadianos, nuestro reloj biológico. Este cronómetro interno regula la fisiología del cuerpo mediante hormonas y vía el sistema nervioso autonómico.
Una de las funciones esenciales que lleva a cabo este reloj interno es promover un “aumento en la temperatura corporal que se anticipa al inicio de un periodo de actividad”, esto es importante porque el cerebro requiere cierta temperatura para procesar adecuadamente la información que recibe.
Diversos estudios han mostrado que el desajuste crónico entre nuestro estilo de vida y el ritmo dictado por nuestro cronómetro interno está asociado a un mayor riesgo de padecer varias enfermedades.
La causa de la alteración en los componentes del ciclo circadiano celular es una pregunta aún sin respuesta. Sin embargo, existen ciclos en los que la perturbación en sus componentes es provocada por las decisiones que tomamos día a día, por ejemplo, la cantidad de horas que comemos y estamos expuestos a la luz.
Cualquier disrupción dentro del ritmo circadiano tiene consecuencias en todos los niveles del organismo. Un ejemplo es la experiencia conocida como “jet lag”, cuando como resultado de un viaje a través de varias zonas horarias el bienestar físico se ve comprometido al presentarse una falta de coincidencia temporal entre el entorno externo y el reloj biológico interno.
¿CÓMO SABER SI TIENES TU RITMO CIRCADIANO ALTERADO?
Existen algunos signos por los que a una persona se le altera el reloj biológico:
– No conciliar el sueño, es uno de los síntomas más frecuentes de alteración del ritmo circadiano
– Tenga sueño durante el día y dificultades para concentrarse, no poder pensar con claridad y de manera habitual e impedimento de las actividades rutinarias.
– Optar por ingerir de manera excesiva alcohol, estimulantes, somníferos, tabaquismo, bien sea para mantenerse activo o como parte del esfuerzo por dormir.
– Viajar de forma frecuente por medio de diversas zonas horarias o cuando existe la necesidad de cambiar los turnos de trabajo.
– Adelantar de las horas al momento de acostarse y despertarse (ocurre un adelanto del ciclo de sueño)
– La alteración en la sincronización de otros ritmos circadianos del cuerpo, como la secreción hormonal y la temperatura, causa, irritabilidad, malestar general, depresión, somnolencia, sensibilidad en trastornos metabólicos y cardíacos.
Cuando los síntomas son fuertes, es importante acudir a un especialista para que la persona reciba una evaluación médica. Normalmente, el médico solicita que el paciente lleve un diario del sueño, donde anote sus horas de sueño durante varias semanas.
LA MEJOR OPCIÓN PARA REGULARLO, UN ESTILO DE VIDA SALUDABLE
Un estilo de vida saludable no sólo se trata de ejercitarse, comer y dormir bien, sino de cuánto tiempo del día le invertimos a estas actividades.
Recibir durante el día la luz del sol es un estimulante realmente beneficioso ya que mejora nuestro estado de ánimo, aumenta el estado de alarma, potencia la atención y mejora los tiempos de reacción. El problema aparece durante la noche ya que existe una relación directa entre la exposición nocturna a la luz azul y los trastornos del sueño. La exposición a la luz azul durante la noche, como la que emiten las computadoras, los teléfonos inteligentes, televisores y la iluminación de bajo consumo, se relaciona con un mayor estado de alerta y dificultad para iniciar el sueño.
Incluso bajos niveles de luz azul suprimen la producción de melatonina, hormona clave que ayuda a regular el ciclo del sueño y vigilia. La luz azul que emiten las pantallas llega a ser tan estimulante para nuestro cerebro que puede cambiar notablemente los ritmos circadianos entre una y tres horas. Resultado, el sueño se retrasa.
Mantener un horario de sueño estricto debe ser fundamental, ya que mientras se duerme, el cerebro se deshace de los productos de la actividad neuronal que se acumulan durante la vigilia, como la proteína beta-amiloide, que es la responsable del Alzheimer y de otros trastornos neurológicos; también las alteraciones del ciclo del sueño generan cambios metabólicos como la obesidad y la Diabetes Mellitus y alteraciones psicológicas como ansiedad y depresión. Dormir 8 horas diarias en promedio, aunque es importante tener presente que esto varía de persona a persona.
Sobre los patrones alimenticios, durante la primera hora después de despertarse los niveles de las hormonas de la noche siguen altos y los de las hormonas del día apenas comienzan a elevarse por lo que el cuerpo no está preparado para la ingesta calórica. Por ello, es recomendable que el primer alimento del día se ingiera después de la primera hora de haberse despertado y que el último alimento sea consumido de dos a tres horas antes de irse a dormir.
Es importante también realizar mínimo 30 minutos de actividad física diaria ya que el ejercicio es una de las mejores maneras de preservar la salud.
No hay que olvidar la importancia de la luz del día. Salir a tomar el sol, con protector solar es muy sano además de ser el mejor antidepresivo y es de paso es gratis,
Mantener regulado el ritmo circadiano reporta una mejora de la salud en todos los aspectos. Es posible que en estos momentos tus hábitos no sean los más adecuados y estés sintiendo los efectos negativos de una desregulación del ritmo circadiano.
Aerolatin Oficial 
Me encantó
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