MI CUERPO ME PIDE COMER DULCE

Mi cuerpo pide dulce

¿CUÁNTAS VECES HAS EXPERIMENTADO ESTA NECESIDAD?

Una verdad a medias. Técnicamente, lo que nuestro cuerpo necesita es glucosa, una sustancia que producimos a partir de la ingesta de proteínas y ácidos grasos o que obtiene a través de frutas, verduras y legumbres.

El problema no es la ingesta de alimentos naturales que contienen azúcar y que nuestro organismo, efectivamente necesita, sino el consumo de azúcares libres y procesados. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), estos azúcares son «los monosacáridos y disacáridos añadidos a los alimentos por los fabricantes, los cocineros o los consumidores, así como los presentes de forma natural en la miel, los jarabes, los jugos de fruta y los concentrados de jugo de fruta». Es decir, todos aquellos añadidos a los alimentos que no existen de forma intrínseca en ellos y que se encuentran en un sinfín de productos, incluyendo aquellos destinados a niños y diabéticos. Incluso el azúcar moreno, la panela, el sirope de arce o de agave siguen siendo desaconsejados.

Nuestro cuerpo necesita aproximadamente 130 gramos de glucosa al día para funcionar adecuadamente. Esa glucosa puede provenir de tres fuentes fundamentales: los carbohidratos (que ingieres en las comidas), de tus depósitos de glucógeno en el hígado y de ciertos aminoácidos derivados de la degradación de las proteínas que consumes.

¿Conoces los efectos del azúcar en tu organismo?

Mi cuerpo pide dulce

El azúcar o sacarosa es un carbohidrato muy simple formado por una molécula de glucosa y otra de fructosa. A diferencia de otros carbohidratos más complejos como los almidones, su metabolización es muy rápida, aportando una alta energía que debe consumirse al instante o se transformará en moléculas de reserva (como glucógeno o grasas).

En los últimos años la comunidad científica ha llamado la atención acerca de la elevada ingesta de alimentos y bebidas ricos en azúcares, en razón de los efectos dañinos que genera en nuestro organismo dicha práctica, pues se le asocia con diversos padecimientos como: obesidad, diabetes mellitus tipo 2, síndrome metabólico, hipertensión arterial, enfermedad coronaria isquémica, ciertos tipos de cáncer, así como bulimia, depresión y ansiedad.

¿Qué pasa si se ingiere en exceso?

Mi cuerpo pide dulce

En primer lugar, el azúcar no solo es una fuente de energía para nuestras células sino también para las bacterias, ya sean las que están presentes de forma natural en el organismo y las que puedan llegar a él a través de los alimentos, por los pulmones o la piel. De ahí su influencia en la aparición de caries dentales y de infecciones en general: cuanto más azúcar haya disponible, más opciones tienen de prosperar.

En segundo lugar, el azúcar proporciona una energía inmediata, pero si la oferta supera a la demandael cuerpo transforma el azúcar sobrante en glucógeno y, especialmente, en grasa y la almacena para cuando sea necesaria. De ahí su relación con el sobrepeso y la obesidad.

Sin duda, el mayor de los peligros de un nivel alto de azúcar en el cuerpo es el riesgo que supone en la aparición de diabetes. La diabetes mellitus (DM) es un grupo de enfermedades metabólicas caracterizadas por concentraciones elevadas de glucosa en sangre (hiperglucemia), resultantes de un defecto en la secreción de insulina que es una hormona producida por las células b del páncreas, necesaria para la utilización de los depósitos de energía corporales (hidratos de carbono, proteínas y grasas). A largo plazo, la hiperglucemia crónica provocada por la diabetes mellitus está asociada al daño en diferentes tejidos y órganos como los ojos, riñones, nervios, corazón y vasos sanguíneos.

Además, el consumo excesivo de azúcar añadido reduce la facilidad con la cual se realizan las conexiones entre células cerebrales, disminuye la capacidad de recordar y afecta la habilidad cognitiva, especialmente en personas adultas mayores. Asimismo, podría incrementar el riesgo de desarrollar demencia, según investigaciones sobre los efectos del azúcar.

Pero, ¿por qué somos tan propensos a consumir azúcar?

Antes de ahondar en las consecuencias del abuso del azúcar debes saber qué le ocurre a tu cuerpo cuando ingieres ese delicioso pastel o ese refresco que acabas de saborear. Al absorberse el azúcar en el aparato digestivo, se incrementa el nivel de glucosa en la sangre ante lo cual el páncreas comienza a secretar insulina. Esa hormona, “abre la puerta” para que la glucosa pueda entrar a las células de nuestro cuerpo a fin de proporcionarles energía mejorando el estado de ánimo. Varias hormonas juegan un papel preponderante en este proceso, pero cuando consumes demasiado azúcar —al punto de que tus células ya no la necesitan como fuente de energía— este exceso se acumula en forma de grasa alrededor de tus vísceras. Esa grasa que vemos en el área abdominal nos predispone a una condición llamada resistencia a la insulina o estado prediabético.

En estudios de laboratorio se ha encontrado que el azúcar produce más síntomas de los necesarios para ser considerada una sustancia adictiva, incluso los datos demuestran que el consumo de azúcares añadidos a alimentos y bebidas tiene efectos similares a otras drogas como la nicotina, la cocaína, la heroína y el alcohol, con un poder adictivo igual o mayor, puesto que los alimentos endulzados artificialmente tienen ingredientes que no encontramos en los alimentos naturales y que nuestro cuerpo no puede controlar; provocando una liberación de dopamina en el cerebro y la segregación de esta sustancia es la que conduce al descontrol y la adicción al producto que la contiene. Es decir, cuanto más azúcar tomamos, más ganas tenemos de volver a tomar. Con el agravante que para alcanzar el placer cada vez se necesitará consumir una cantidad mayor.

No debemos descartar el azúcar, dado que es imprescindible para el funcionamiento del organismo y en esfuerzos físicos o mentales es especialmente importante. Sin embargo, en una dieta equilibrada su aporte no debería superar el 20% del total de calorías ingeridas.

Mi cuerpo pide dulce

Ahora bien, volviendo a la clasificación de los azúcares, la recomendación es al consumo de los azúcares naturales. Te preguntarás, ¿por qué?, sencillamente porque suelen estar acompañados de fibra, que hace que el azúcar se absorba más lentamente en tu cuerpo. Los alimentos tienen un “índice glucémico” definido por su capacidad de aumentar los niveles de glucosa en la sangre. Mientras más fibra o grasa tenga un alimento menor será su índice glucémico. Por ejemplo, no es lo mismo tomar un jugo de naranja que comer una naranja en gajos. El azúcar presente en el jugo tiene un índice glucémico mucho más alto que el de los gajos ya que la fibra presente en éstos retrasa la absorción de la glucosa.

«Beber agua genera sensación de saciedad«

Por otra parte, una adecuada hidratación permite que tu organismo cumpla con sus funciones vitales de manera eficiente. Además, beber agua genera sensación de saciedad, y en ocasiones la sed se enmascara con el tener hambre o con las ganas de comer algo dulce. Adicionalmente, la depresión y el estrés, los niveles bajos de hierro, la falta de sueño, una dieta muy estricta o pobre en carbohidratos de calidad y un escaso consumo de proteínas, se pueden confundir con una mayor necesidad de consumo de azúcar.Al final, no se trata de que no consumas azúcar, simplemente la recomendación es limitar la cantidad de azúcar añadido para evitar sus consecuencias negativas para la salud. Procura siempre tener contigo una fruta o snack saludable, así cuando se te antoje algo dulce podrás saciar ese deseo o necesidad con un alimento saludable. Además, algo fundamental es hacer ejercicio todos los días, ya que el mismo reduce los niveles de glucosa hasta por 24 horas.

Publicado por Aerolatin

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