EL SUELO PÉLVICO Y SU IMPORTANCIA

El suelo pélvico es un conjunto de músculos, y tejido conectivo que entrega soporte y estructuras de suspensión a los órganos pélvicos y abdominales. Su principal componente es el músculo elevador del ano, un músculo que cubre la mayor parte de la pelvis. Los órganos pélvicos pueden dividirse en 3 compartimentos: anterior (vejiga y uretra), medio (útero y vagina, próstata y vesículas seminales) y posterior (recto, conducto anal y aparato esfinteriano).

Estas estructuras se encuentran en íntima relación con la musculatura del piso pélvico, el cual tiene participación en las funciones de cada uno de éstos. Determinando no sólo un soporte mecánico sino que el piso pélvico es el responsable de controlar la continencia urinaria y anal. Se trata de un juego de presiones, cierres y aperturas, que nos permitirá retener o evacuar, según consideremos oportuno.

Este proceso de contracciones no es innato al ser humano, sino que es un aprendizaje que se hace cuando se comienza a dejar de utilizar el pañal y se ha convertido en un impulso natural de nuestro cuerpo.

¿Qué factores repercuten en dañar o debilitar el piso pélvico?

La evolución del ser humano hacia la bipedestación ha traído consigo una serie de cambios en la anatomía y función de su cuerpo, un aumento de la presión intraabdominal por el cambio en la dirección de la fuerza de gravedad hacia piso pélvico, puede ocasionar disfunciones de las estructuras que lo forman. El esfuerzo que produce el estreñimiento crónico, el embarazo, parto, posparto y menopausia. También podemos hablar de deportes de alto impacto, que suelen tener una prevalencia de incontinencia de orina del 80%.

Consecuencias de un suelo pélvico débil.

Un suelo pélvico debilitado puede generar:

• Incontinencia urinaria, leve o abundante.
• Prolapsos: caída de los órganos intraabdominales
• Dolor lumbar
• Disfunciones sexuales: no sentir orgasmos o sufrir dolor en las relaciones.

Si aparece cualquiera de estos síntomas, por pequeños que sean, se debe consultar con un especialista. Muchas veces se comete el error de normalizar ciertas situaciones, como podría ser una pérdida de orina leve al reír, toser, estornudar, etc. Pero es necesario consultar con el ginecólogo y/o con un fisioterapeuta especializado en suelo pélvico, para que valoren el estado de la musculatura pélvica.

¿Qué podemos hacer para fortalecer el piso o suelo pélvico?

Todo entrenamiento que implique activar los músculos del Core y por consiguiente el piso pélvico, debe hacerse manteniendo una respiración normal, es decir sin retener el aire dentro de nuestro cuerpo, mientras sucede la contracción muscular (maniobra de valsalva), ya que esta maniobra puede aumentar la presión sobre las zonas pélvico abdominal y ocasionar mareos por la falta de oxígeno.

Ejercicios de Kegel

La gimnasia abdominal hipopresiva sirve para mejorar el tono de las musculaturas abdominales y pélvicas, favoreciendo la buena posición y fortaleza de los órganos cuando han sufrido algún descenso. Por otra parte los ejercicios de Kegel son ejercicios simples que consisten en activar la musculatura del piso pélvico como si tuviésemos la intención de contener la orina. Se recomienda aplicar estos ejercicios en momentos de esfuerzo, por ejemplo, contraer la musculatura pélvica mientras levantamos el peso.

Al igual que todo ejercicio que vayas a realizar es muy importante contar con profesionales que te guíen en una correcta ejecución. Una salud pélvica nos garantiza una vejez más feliz y funcional. No esperemos los síntomas para tomar cartas en el asunto, mientras más temprano mejor.

Una salud pélvica nos garantiza una vejez más feliz y funcional