EL FENÓMENO DEL EFECTO REBOTE

Llegado el momento de tener tu lista de propósitos, te pones en acción, tienes la motivación e inicias con fuerza de voluntad el plan perfecto para perder peso, pero he aquí lo importante, mantenerlo en el tiempo sin sufrir un efecto rebote.

Cuando buscamos la perfección en cuanto a nuestro cuerpo, el peso perfecto, el abdomen perfecto, la figura perfecta, o cuando te presionas demasiado  y tratas de forzar las cosas a sabiendas que no encaja en tus gustos y en tu estilo de vida, es preferible elegir hacer las cosas para toda la vida, que hacerlas un mes o tres y después las consecuencias no sean las deseadas.

Si estás buscando cambios que duren toda la vida, y no una operación “llegaron las vacaciones, ¿ y el bikini ?” o un «tengo que perder 10 kilos para la fiesta!», la clave está en la paciencia, la perseverancia y los hábitos.

Cómo evitar que aparezca el efecto rebote y obtener mejores resultados

Muévete más y come mejor:

Para evitar el efecto rebote no debemos comer menos y movernos más, por el contrario, debemos movernos más y comer mejor. 

Comer menos no es la opción, ya que ralentiza  el metabolismo. Al comer menos, el cuerpo por sí solo eliminará menos calorías de lo habitual y la grasa se irá hospedando, porque el cuerpo lo interpreta como una falta de nutrientes y almacenará la grasa corporal por si en un futuro la necesitará, como si de una hibernación se tratara. 

Adicionalmente a esto, los músculos necesitan de muchas calorías para mantenerse, en consecuencia, se irá disminuyendo poco a poco. Como resultado, al momento de registrar nuestro peso, este dirá que pesamos menos, pero en realidad es porque estamos perdiendo músculo, no grasa. Consiguiendo lo contrario a lo que queremos.

Las dietas poco estrictas serán mucho más llevaderas en el tiempo y nos producirán mejores resultados psicológicos y físicos a largo plazo, que dietas muy estrictas.

Si quieres llegar rápido, ve despacio:

Pequeños cambios durante mucho tiempo hacen más que pasos grandes durante poco tiempo. 

Puede que al iniciar no te resulte fácil distinguir qué alimentos son saludables y cuáles no lo son, pero sí podemos diferenciar algunos que sabemos a ciencia cierta que no nos ayudarán a cumplir nuestros propósitos. Esos alimentos son los primeros que debemos eliminar de la alimentación y cambiarlos por otros más saludables. 

Por ponerte un ejemplo, podríamos iniciar con pasar de tomar café con azúcar a disminuir la cantidad de azúcar que le pones, si lo tomas con dos cucharadas, podrías reducir a una y media por un tiempo de dos semanas, luego una cucharada y así sucesivamente hasta tomarlo sin azúcar. De primera mano te puedo decir que si lo haces de forma progresiva, sin forzar, disfrutando el proceso, nunca más endulzarás el café. Se convertirá en un hábito para siempre. En cuanto a comidas procesadas y no procesadas, date el permiso de ir eligiendo qué sí y que no,  sin quitártelo todo bruscamente. ¡Te sorprenderás del resultado!.

Así como en esos casos, podrás ir haciéndolo con todo lo demás. De esa manera, llegará un momento en el que tu alimentación no será para bajar de peso o llegar al peso ideal, sino que será tu estilo de vida.

Si quieres llegar rápido, ve despacio

El hábito de realizar Actividad física:

En este proceso de cambio de estilo de vida debes hacer de la actividad física o el deporte que te apasione, un aliado, ya que este te hará sentir saludable y con bienestar antes, durante y después de realizarla. Así como nos sentimos cuando hacemos Aerolatin, ejercicios funcionales aeróbicos y anaeróbicos, “altamente recomendado para mantener un estilo de vida saludable”.

Al momento en el que alcances tu objetivo, lo más seguro es que te enamores de la actividad física y entonces el efecto rebote será más complicado que aparezca. De hecho, habrás sumado beneficios a tu salud y entrarás en una dinámica positiva en la que te pondrás nuevas metas y cada vez e irás mejorando continuamente.

Que la meta sea disfrutar el proceso:

Llevar una vida saludable, tener la condición física que tanto deseas no se construye de la noche a la mañana. Es un proceso que tú puedes elegir disfrutarlo. Cuando empiezas a sentir esa sensación de bienestar en el proceso, el camino se hace más fácil y los resultados son más satisfactorios.

Sorpréndete de los cambios que puedes hacer de a poco, pero que no sea el del efecto rebote!